Extinción de incendios industrial en Colombia

Su operación no puede detenerse. La extinción de incendios industrial en Colombia es la ingeniería que protege su producción sus activos y su gente.

¿Qué es la extinción de incendios industrial en Colombia?

La extinción de incendios industrial es una disciplina de ingeniería especializada en el diseño e implementación de sistemas de supresión para proteger riesgos complejos y de alto valor. El concepto erróneo más peligroso es creer que es similar a la protección de un edificio comercial. La realidad es que los entornos industriales presentan desafíos únicos: líquidos inflamables, polvos combustibles, maquinaria de alto voltaje y procesos productivos que no pueden ser interrumpidos por una falsa alarma o dañados por un agente extintor inadecuado.

El resultado soñado es la total confianza en la resiliencia de su planta. Es saber que cuenta con un sistema diseñado a la medida de sus riesgos específicos, que no solo cumplirá con la normativa colombiana y los requisitos de su ARL (Administradora de Riesgos Laborales), sino que también protegerá eficazmente sus procesos críticos. Es la tranquilidad de que una emergencia de fuego será controlada rápidamente, minimizando el daño a la maquinaria costosa y, lo más importante, garantizando la seguridad de todo el personal. Es la certeza de que su plan de continuidad de negocio está respaldado por una protección contra incendios robusta.

¿Por qué la normativa NSR 10 es su punto de partida obligatorio?

La Normativa NSR-10, el Reglamento Colombiano de Construcción Sismo Resistente, es el punto de partida legal para la seguridad contra incendios en cualquier edificación industrial en el país. Específicamente, los Títulos J y K establecen los requisitos mínimos de protección contra incendios. El Título J se enfoca en los requisitos de protección pasiva (resistencia de los materiales, sectorización) y activa (sistemas de detección, alarmas, rociadores) para edificaciones en general. Para un gerente de planta, asegurar que su instalación cumple con estas disposiciones es el primer paso para garantizar la conformidad legal y la aprobación de los diseños por parte de las curadurías y los cuerpos de bomberos.

El Título K, por su parte, aborda los requisitos complementarios y es de vital importancia, ya que a menudo remite a los estándares de la NFPA como base técnica para el diseño de los sistemas. Esto significa que la ley colombiana reconoce y exige la aplicación de las mejores prácticas de ingeniería a nivel mundial. La correcta interpretación y aplicación de la NSR-10, supervisada por la Dirección Nacional de Bomberos de Colombia, es la base de un diseño legalmente sólido. Un proveedor con experiencia local demostrada conoce a fondo esta normativa y sabe cómo aplicarla de manera costo-efectiva a los desafíos de la industria nacional.

¿Cómo se integran las normas NFPA en el diseño industrial?

Si la NSR-10 es el “qué” se debe hacer, las normas de la NFPA (National Fire Protection Association) son el “cómo” se debe hacer desde el punto de vista de la ingeniería. Son los estándares técnicos detallados que guían el diseño, la instalación y el mantenimiento de cada sistema. Por ejemplo, para proteger un almacén de líquidos inflamables, el diseño de los sistemas de espuma contra incendios se regirá por la NFPA 11. El sistema de rociadores de una planta de manufactura se diseñará bajo la NFPA 13, y el sistema de bombeo que lo alimenta, bajo la NFPA 20. Cada norma es un manual de ingeniería en sí misma.

Para un Jefe de Mantenimiento o SST, trabajar con un proveedor que demuestre un dominio de estas normas es crucial. Asegura que la solución propuesta no es una improvisación, sino una solución de ingeniería probada y reconocida internacionalmente. Este cumplimiento es un requisito indispensable para las pólizas de seguro de las grandes aseguradoras y es un factor clave en la gestión de riesgos industriales. Demuestra una debida diligencia que protege a la empresa de responsabilidades y garantiza que el sistema de extinción funcionará con la fiabilidad que un entorno industrial demanda.

¿Qué son los sistemas de espuma contra incendios para riesgos especiales?

Los sistemas de espuma contra incendios son la solución de supresión por excelencia para proteger riesgos que involucran líquidos inflamables o combustibles, muy comunes en la industria petrolera, química y manufacturera. El agua por sí sola es ineficaz e incluso peligrosa en estos casos, ya que puede esparcir el combustible en llamas. La espuma funciona de tres maneras: forma una capa o “manta” sobre el líquido que sofoca el fuego al cortar el suministro de oxígeno; enfría la superficie del combustible; y suprime la liberación de vapores inflamables, previniendo la reignición.

Estos sistemas son complejos y requieren un diseño preciso. Consisten en un concentrado de espuma, un equipo de dosificación o proporcionador que lo mezcla con el agua en la proporción correcta, y dispositivos de descarga específicos, como cámaras de espuma para tanques de almacenamiento o rociadores de espuma para áreas de proceso. Para un gerente de planta con este tipo de riesgos, la correcta especificación e instalación de un sistema de espuma es la única forma de proteger eficazmente sus activos más críticos y de cumplir con los más altos estándares de seguridad de procesos (PSM).

El rol de la ARL y el CCS

En Colombia, la ARL (Administradora de Riesgos Laborales) y el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) son actores fundamentales en el ecosistema de la seguridad industrial. La ARL no es solo la entidad que asegura a los trabajadores contra accidentes, sino que también es un socio estratégico en la prevención. Una planta industrial que invierte en sistemas de extinción de incendios robustos y bien mantenidos demuestra un alto nivel de compromiso con la seguridad, lo que puede ser valorado positivamente por la ARL en sus evaluaciones de riesgo. Un sistema eficaz protege al personal, que es el objetivo principal de la ARL.

El Consejo Colombiano de Seguridad (CCS), por su parte, es una de las entidades técnicas más respetadas del país en materia de seguridad y salud en el trabajo. Ofrece capacitación, certificación y consultoría, y es un referente en la promoción de las mejores prácticas. Para un gerente de SST, que su proveedor de sistemas contra incendios esté alineado con los principios del CCS o participe en sus eventos, como las ferias industriales, es una señal de seriedad y compromiso con la excelencia. Valida que el proveedor no solo vende equipos, sino que es parte activa de la comunidad de seguridad del país.

Preguntas frecuentes

La Norma Técnica Colombiana NTC 3808 es un documento fundamental para la seguridad contra incendios, ya que establece los talleres para recarga y mantenimiento de extintores portátiles. Esta norma define los requisitos mínimos que debe cumplir un taller para garantizar que la recarga de un extintor se realice de manera segura y eficaz. Detalla los procedimientos, los equipos necesarios (como prensas hidrostáticas y sistemas de llenado), y la competencia técnica que debe tener el personal. Su objetivo es asegurar que un extintor, después de ser recargado, mantenga su capacidad de operación y su certificación.

Para un Gerente de Planta, conocer la existencia de esta norma es crucial al contratar servicios de mantenimiento para los extintores de su instalación. Debe asegurarse de que su proveedor esté certificado bajo la NTC 3808. Esto le da la certeza de que el servicio es profesional y que los extintores, que son la primera línea de defensa manual contra un incendio, serán fiables en una emergencia. Exigir esta certificación a sus proveedores es una parte importante de su debida diligencia en la gestión de riesgos industriales

Las principales causas de incendios en entornos industriales son, en su mayoría, prevenibles y están directamente relacionadas con la operación. La causa número uno suele ser de origen eléctrico: fallas en el cableado, tableros eléctricos sobrecargados, cortocircuitos o falta de mantenimiento en los motores y la maquinaria. La segunda causa más común son las fricciones y chispas de origen mecánico en equipos rotativos o procesos de corte y soldadura que entran en contacto con materiales combustibles. La tercera es el manejo inadecuado de líquidos inflamables, como derrames o almacenamiento incorrecto cerca de fuentes de ignición.

Otras causas importantes incluyen las superficies sobrecalentadas de la maquinaria, los actos inseguros como fumar en áreas no permitidas, y en algunas industrias, la combustión espontánea de ciertos materiales. Un programa robusto de seguridad de procesos (PSM) y una buena gestión de mantenimiento son las mejores herramientas para mitigar estas causas. La correcta selección de un sistema de extinción industrial depende de un análisis de riesgos que identifique cuál de estas es la causa más probable en cada área específica de la planta.

A nivel comercial en Colombia, se encuentra una amplia gama de extintores portátiles, diseñados para diferentes clases de fuego. El más común y versátil es el extintor de Polvo Químico Seco (PQS) tipo ABC, eficaz contra fuegos de Clase A (combustibles sólidos), B (líquidos inflamables) y C (eléctricos). El extintor de Dióxido de Carbono (CO2) es la opción preferida para proteger equipos eléctricos y electrónicos, ya que es un agente limpio que no deja residuos. El extintor de Agua a Presión es excelente para fuegos de Clase A, pero nunca debe usarse en fuegos eléctricos o de líquidos inflamables.

Para riesgos especiales, también se encuentran los extintores de Agente Limpio, como los de Halotrón, que son una alternativa al CO2. Para cocinas industriales, son obligatorios los extintores de Agente Húmedo tipo K, diseñados específicamente para apagar fuegos en aceites y grasas de cocina. Finalmente, para riesgos industriales con metales combustibles, existen los extintores de Polvo Químico Seco tipo D. Una correcta dotación de extintores, según el análisis de riesgos, es un requisito fundamental de la normativa colombiana y del Consejo Colombiano de Seguridad.

La frecuencia de incendios en Colombia, especialmente los incendios forestales, está influenciada por una combinación de factores climáticos y humanos. El país experimenta fenómenos climáticos cíclicos como El Niño, que provoca períodos de sequía intensa y altas temperaturas. Esto seca la vegetación y la convierte en un combustible altamente inflamable, creando las condiciones perfectas para que un pequeño fuego se convierta en un incendio de grandes proporciones. Este factor climático es una de las principales causas de la vulnerabilidad del país a los incendios de cobertura vegetal.

Sin embargo, la mayoría de estos incendios no comienzan por causas naturales. El factor humano es el principal causante. Las quemas agrícolas no controladas, las fogatas descuidadas, las colillas de cigarrillos arrojadas y, lamentablemente, los incendios provocados intencionalmente, son los detonantes más comunes. La combinación de una alta carga de combustible vegetal seco por el clima y una fuente de ignición humana es la receta para el desastre. La prevención, a través de la educación y el control, es la herramienta más importante para reducir la incidencia de estos eventos.

Actualmente, Colombia está experimentando un aumento significativo en la frecuencia y la intensidad de los incendios forestales, una situación directamente exacerbada por la fuerte influencia del Fenómeno de El Niño. Este fenómeno climático ha generado condiciones de sequía extrema en gran parte del territorio nacional, con temperaturas récord y una disminución drástica de las lluvias. Esto ha secado la vegetación en los cerros, páramos y bosques, convirtiéndolos en un polvorín listo para arder ante cualquier chispa. La situación es crítica en varias regiones, incluyendo los alrededores de grandes ciudades como Bogotá.

Aunque el clima crea las condiciones, la gran mayoría de estos incendios son causados por la acción humana, ya sea por negligencia (quemas, fogatas) o de forma intencionada. Las autoridades, lideradas por la Dirección Nacional de Bomberos y la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), están en una batalla constante para controlar estos incendios, pero la magnitud del fenómeno ha puesto a prueba su capacidad de respuesta. Esta crisis subraya la importancia crítica de la prevención y de la conciencia ciudadana para evitar las acciones que inician estos desastres ecológicos.

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