Inspecciones eléctricas especializadas

Anticípese al fallo antes de que paralice su producción. Las inspecciones eléctricas especializadas son la clave para la confiabilidad y seguridad de su planta.

¿Qué son las inspecciones eléctricas especializadas?

Para un ingeniero eléctrico o jefe de mantenimiento, una inspección eléctrica especializada es un conjunto de técnicas de diagnóstico avanzado que van más allá de una simple revisión visual o una medición de voltaje. El concepto erróneo es pensar que si no salta un interruptor, todo está bien. La realidad es que la mayoría de los fallos eléctricos graves se gestan silenciosamente. Estas inspecciones utilizan tecnologías como la termografía infrarroja y el análisis de vibraciones para detectar los síntomas de un problema antes de que se convierta en una falla catastrófica.

El resultado soñado es la máxima confiabilidad de los equipos y la eliminación de las paradas no planificadas. Es tener un informe técnico que le diga qué motor está a punto de fallar o qué conexión en un tablero se está sobrecalentando, permitiéndole programar un mantenimiento correctivo en sus términos, no en los del accidente. Es transformar la gestión del mantenimiento de un acto de reacción a una estrategia de mantenimiento predictivo (PdM), protegiendo los activos, la producción y, lo más importante, la seguridad del personal.

¿Cómo la termografía infrarroja previene incendios eléctricos?

La termografía infrarroja es la herramienta más poderosa para prevenir incendios de origen eléctrico. Casi todos los componentes eléctricos que están a punto de fallar, ya sea por una conexión floja, corrosión, desequilibrio de fases o sobrecarga, generan un exceso de calor antes de la falla final. Este calor es invisible al ojo humano, pero una cámara termográfica lo “ve” con una claridad absoluta. Una inspección termográfica a los tableros eléctricos, transformadores y centros de control de motores se realiza con los equipos en pleno funcionamiento, sin interrumpir la producción.

El termógrafo certificado escanea los componentes y detecta los “puntos calientes”, que son anomalías térmicas que indican un problema inminente. El informe resultante no es una suposición; es una evidencia fotográfica que le permite al equipo de mantenimiento localizar y corregir el problema con precisión quirúrgica. Cumplir con las recomendaciones de la normativa eléctrica (NEC) y de la NFPA 70B sobre inspecciones termográficas anuales no es solo una buena práctica, es la forma más inteligente de gestión de activos (Asset Management) para mitigar el riesgo de incendio.

El análisis de vibraciones y la salud de sus motores

Mientras que la termografía es la reina de los sistemas eléctricos estáticos, el análisis de vibraciones es el rey del mantenimiento predictivo (PdM) para la maquinaria rotativa. Cada motor, bomba o ventilador en su planta tiene una “firma” de vibración única cuando funciona correctamente. A medida que sus componentes internos, como los rodamientos o los engranajes, comienzan a desgastarse, o si se produce un desequilibrio o una desalineación, esta firma de vibración cambia de manera predecible, mucho antes de que el fallo sea audible o visible.

Un analista de vibraciones utiliza sensores de alta tecnología (acelerómetros) y un software de análisis para capturar y interpretar estas vibraciones. Puede diagnosticar con una precisión asombrosa si un motor tiene un problema de lubricación, un desequilibrio en el rotor o un rodamiento a punto de fallar. Esta información le permite al jefe de mantenimiento programar el cambio de un rodamiento de bajo costo durante una parada planificada, en lugar de enfrentarse al reemplazo de un motor completo de alto costo después de una falla catastrófica que detenga la producción por días.

La importancia del cumplimiento de la normativa eléctrica nec

El cumplimiento de la normativa eléctrica (NEC), conocida en Estados Unidos como NFPA 70, es la base de una instalación segura. Sin embargo, el cumplimiento no termina el día de la inauguración de la planta. La NFPA 70B, “Prácticas Recomendadas para el Mantenimiento de Equipos Eléctricos”, establece que el mantenimiento continuo es esencial para preservar la seguridad y la fiabilidad de la instalación original. Esta norma recomienda explícitamente el uso de inspecciones especializadas como la termografía infrarroja como parte de un programa de mantenimiento eléctrico energizado (EPM).

Realizar y documentar estas inspecciones no es solo una buena práctica de ingeniería, es una cuestión de debida diligencia. En caso de un accidente o un incendio, poder presentar los informes de estas inspecciones a la aseguradora o a las autoridades (como OSHA) demuestra que la empresa ha sido proactiva en la gestión de sus riesgos eléctricos. Para un jefe de mantenimiento, alinear su programa de mantenimiento con las recomendaciones de la NFPA 70B es la mejor manera de garantizar el cumplimiento, proteger al personal y asegurar la confiabilidad de los equipos.

¿Cómo las inspecciones mejoran la eficiencia energética?

Un beneficio secundario, pero muy significativo, de las inspecciones eléctricas especializadas es la mejora de la eficiencia energética. El calor detectado por una cámara termográfica en una conexión eléctrica de alta resistencia no es solo un peligro de incendio; es energía eléctrica que se está desperdiciando. En lugar de alimentar sus motores, esa energía se está convirtiendo en calor inútil que se disipa en el ambiente, aumentando su factura eléctrica. Corregir estas conexiones no solo aumenta la seguridad, sino que también reduce las pérdidas de energía del sistema.

De manera similar, un motor que vibra excesivamente debido a una desalineación o a rodamientos defectuosos está trabajando de manera ineficiente. Necesita consumir más energía para realizar el mismo trabajo, lo que se traduce en un mayor costo operativo. Al utilizar el análisis de vibraciones y la termografía para mantener sus equipos en un estado óptimo, no solo está practicando un excelente mantenimiento predictivo, sino que también está implementando una estrategia de eficiencia energética que reduce los costos y contribuye a los objetivos de sostenibilidad de la empresa.

Preguntas frecuentes

En el contexto de los Informes de Condición de Instalaciones Eléctricas (EICR), comúnmente utilizados en normativas como las británicas (BS 7671), los códigos C1, C2 y C3 se utilizan para clasificar la urgencia de los hallazgos. Un código C1 significa “Peligro presente. Riesgo de lesión. Se requiere una acción correctiva inmediata”. Este es el nivel más alto de gravedad, indicando una situación que podría causar un shock eléctrico o un incendio en cualquier momento, como un cable energizado expuesto. Un código C2 significa “Potencialmente peligroso. Se requiere una acción correctiva urgente”. Esto indica un defecto que podría volverse peligroso en el futuro, como la falta de una conexión a tierra adecuada.

Finalmente, un código C3 significa “Mejora recomendada”. Esto indica que una parte de la instalación no cumple con las regulaciones actuales, pero no presenta un peligro inmediato. Por ejemplo, un tablero de fusibles antiguo que aún funciona pero que no cumple con los estándares modernos. Aunque la terminología puede variar, el principio de clasificar los hallazgos por severidad es una práctica estándar en todas las inspecciones eléctricas especializadas. Un buen informe de termografía, por ejemplo, también clasificará los puntos calientes según la diferencia de temperatura para ayudar al jefe de mantenimiento a priorizar las reparaciones más críticas.

Las inspecciones de las instalaciones eléctricas deben ser realizadas por personal calificado y competente. Para una inspección reglamentaria inicial o periódica (a menudo requerida por la autoridad local o una OCA – Organismo de Control Autorizado en España), esta debe ser realizada por un inspector certificado o un ingeniero eléctrico con la acreditación correspondiente. Para las inspecciones especializadas de mantenimiento predictivo, se requiere un técnico con una certificación específica en la tecnología que está utilizando. Por ejemplo, una inspección con termografía infrarroja debe ser realizada por un termógrafo certificado (Nivel I, II o III según estándares como los de ASNT).

De manera similar, un análisis de vibraciones debe ser realizado por un analista de vibraciones certificado. No basta con tener el equipo; se requiere un profundo conocimiento para interpretar los datos correctamente y emitir un diagnóstico fiable. Para un jefe de mantenimiento, la mejor práctica es contratar a una empresa de servicios de mantenimiento predictivo que pueda proporcionar los certificados y las credenciales de sus técnicos. Esto garantiza que la inspección no solo se realice, sino que se realice con el más alto nivel de competencia técnica.

Una inspección eléctrica formal es un proceso sistemático. Comienza con una revisión documental, donde se analizan los planos eléctricos y el historial de mantenimiento. Luego, se realiza una inspección visual detallada de toda la instalación, desde la acometida principal hasta los puntos finales. Se busca cualquier signo de deterioro, daño, sobrecalentamiento o instalación incorrecta. Esto incluye la revisión del estado de los cables, los tableros de distribución, los interruptores, los tomacorrientes y el sistema de puesta a tierra. Es una revisión exhaustiva para identificar cualquier desviación de las normativas eléctricas.

Después de la inspección visual, se realizan una serie de pruebas y mediciones. Esto puede incluir la medición de la resistencia de aislamiento de los cables, la continuidad de la puesta a tierra y pruebas funcionales de los interruptores diferenciales y magnetotérmicos. En una inspección especializada, se añaden técnicas como la termografía infrarroja para escanear los tableros en busca de puntos calientes mientras están en funcionamiento. Finalmente, todos los hallazgos se documentan en un informe detallado que clasifica los defectos encontrados y recomienda las acciones correctivas necesarias.

En el ámbito del mantenimiento industrial, las inspecciones se pueden clasificar de varias maneras. Según el momento en que se realizan, existen las inspecciones iniciales, que se hacen en equipos nuevos para establecer una línea base de su estado, y las inspecciones periódicas, que se realizan a intervalos programados (anual, semestral) como parte del mantenimiento preventivo. Según la técnica utilizada, las inspecciones pueden ser sensoriales (visuales, auditivas, olfativas) o instrumentales, que es donde entran las inspecciones eléctricas especializadas que utilizan equipos como cámaras termográficas, analizadores de vibraciones o medidores de aislamiento.

También se pueden clasificar por su objetivo. Una inspección de cumplimiento busca verificar que una instalación cumple con una normativa específica. Una inspección de mantenimiento predictivo, por otro lado, busca detectar los síntomas de un fallo futuro para anticiparse a él. Un programa de mantenimiento robusto para una planta industrial combina varios tipos de inspección: inspecciones visuales diarias o semanales realizadas por los operadores, e inspecciones instrumentales más profundas realizadas periódicamente por técnicos especializados para garantizar la máxima confiabilidad de los equipos.

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