Soluciones integrales en videovigilancia

Deje de simplemente grabar y empiece a entender. Las soluciones integrales en videovigilancia transforman sus cámaras en un sistema de inteligencia proactiva.

¿Qué son las soluciones integrales en videovigilancia?

Para un encargado de la seguridad física, una solución integral de videovigilancia es un ecosistema de seguridad unificado, no solo un conjunto de cámaras. El concepto erróneo más común es pensar en el CCTV como un sistema pasivo que solo sirve para revisar grabaciones después de un incidente. La realidad es que una solución moderna es una herramienta proactiva. Integra cámaras IP de alta definición, un software de gestión de video (VMS) inteligente y analítica de video para detectar amenazas en tiempo real, todo ello integrado con otros sistemas de seguridad.

El resultado soñado es tener una visión de 360 grados y un control total sobre la seguridad de sus instalaciones desde un único punto. Es la capacidad de recibir alertas automáticas en su teléfono cuando una cámara detecta un comportamiento sospechoso, en lugar de tener que mirar monitores durante horas. Es tener un sistema escalable que pueda crecer con su empresa y que se integre perfectamente con su control de acceso y sus sistemas de alarma. Es transformar su seguridad de un centro de costos reactivo a un centro de inteligencia que previene incidentes.

¿Cómo la tecnología de cámaras IP ha revolucionado la seguridad física?

La transición de la seguridad física (CCTV) analógica a la digital con cámaras IP ha sido una revolución. A diferencia de las cámaras analógicas, que simplemente capturan una señal de video, una cámara IP es un dispositivo de red inteligente. Cada cámara tiene su propia dirección IP, como un ordenador, y puede procesar y comprimir el video internamente. Esto permite una calidad de imagen muy superior (resoluciones de 4K y superiores), lo que es crucial para tareas como el reconocimiento facial o la lectura de matrículas. Además, al usar la red de datos existente, la instalación es a menudo más flexible y escalable.

Pero el mayor cambio es la capacidad de análisis en el borde (edge analytics). La tecnología de cámaras modernas puede ejecutar algoritmos de analítica de video directamente en la propia cámara. Esto significa que la cámara puede detectar de forma autónoma un cruce de línea, un objeto abandonado o el merodeo de una persona, y enviar una alerta específica al VMS, en lugar de transmitir vídeo sin procesar las 24 horas. Esto reduce enormemente la carga de la red y del servidor, y convierte a cada cámara en un sensor de seguridad inteligente y proactivo.

El cerebro del sistema el software de gestión de video VMS

Si las cámaras IP son los ojos, el Software de Gestión de Video (VMS) es el cerebro de una solución integral. Un VMS es una plataforma de software que le permite gestionar, monitorizar, grabar y reproducir el video de todas sus cámaras desde una única interfaz centralizada. A diferencia de un simple grabador (NVR), un VMS está diseñado para la escalabilidad y la integración. Le permite gestionar cientos o miles de cámaras, ubicadas en diferentes edificios o incluso en diferentes ciudades, como si estuvieran en un solo lugar, ofreciendo un acceso remoto seguro desde cualquier dispositivo.

La verdadera potencia de un VMS moderno reside en su capacidad de integración de sistemas. Se puede integrar con sistemas de control de acceso para que, cuando alguien use una tarjeta para abrir una puerta, la cámara de esa puerta grabe un clip de video y lo asocie a ese evento. Se puede integrar con sistemas de alarma para iniciar la grabación automática cuando se detecta una intrusión. También es la plataforma que recibe y gestiona las alertas de la analítica de video, permitiéndole crear reglas complejas y automatizar las respuestas de seguridad, convirtiéndose en el centro neurálgico de su operación.

La importancia de la ciberseguridad para sistemas IP

En el momento en que sus cámaras de seguridad se conectan a la red, la ciberseguridad para sistemas IP deja de ser una opción y se convierte en una necesidad crítica. Cada cámara, cada grabador y cada servidor es un dispositivo del IoT (Internet de las Cosas) y, por lo tanto, un potencial punto de entrada para los ciberdelincuentes. Un sistema de videovigilancia mal asegurado puede ser hackeado para espiar sus operaciones, para robar las grabaciones o, peor aún, para ser utilizado como un punto de pivote para lanzar un ataque contra el resto de su red corporativa. La seguridad física y la ciberseguridad están ahora intrínsecamente unidas.

Una solución integral debe ser diseñada con la ciberseguridad como pilar. Esto implica la implementación de contraseñas fuertes y únicas para cada dispositivo, la segmentación de la red para aislar el tráfico de video, el encriptado de las transmisiones de video y la actualización constante del firmware de las cámaras y del VMS para protegerse contra vulnerabilidades conocidas. Además, se debe tener un cuidado especial con la protección de datos personales, asegurando que el almacenamiento y el acceso a las grabaciones cumplan con la legislación vigente. Un proveedor de soluciones integrales debe ser un experto tanto en seguridad física como en ciberseguridad.

Preguntas frecuentes

La solución de IA para CCTV es la analítica de video. Es un conjunto de algoritmos de inteligencia artificial y machine learning que se aplican a las imágenes de video para analizar su contenido y detectar eventos específicos de forma automática, sin necesidad de supervisión humana. En lugar de que un operador tenga que mirar 20 pantallas a la vez, la IA “mira” todas las cámaras y solo alerta al operador cuando ocurre algo que infringe una regla predefinida. Esto transforma la videovigilancia de un sistema pasivo de grabación a un sistema proactivo de detección de amenazas en tiempo real.

La analítica de video puede realizar una increíble variedad de tareas. Puede detectar el cruce de una línea perimetral, el merodeo de una persona en un área restringida, el abandono o la sustracción de un objeto, la formación de multitudes, el reconocimiento de matrículas de vehículos e incluso el reconocimiento facial. Estas capacidades permiten automatizar gran parte de la labor de monitoreo, aumentando la eficacia de la seguridad de manera exponencial y permitiendo que el personal de seguridad se enfoque en la respuesta a incidentes reales, no en la observación pasiva.

Los sistemas de videovigilancia se dividen principalmente en dos tipos según la tecnología que utilizan: analógicos y basados en IP (Protocolo de Internet). Los sistemas analógicos son la tecnología más antigua. Las cámaras analógicas capturan una señal de video y la envían a través de un cable coaxial a un grabador de video digital (DVR). El DVR es el que digitaliza, comprime y almacena el video. Son sistemas más simples y a menudo más económicos para instalaciones pequeñas, pero su calidad de imagen y sus capacidades son limitadas. También existen los sistemas HD-TVI o HD-CVI que transmiten video de alta definición sobre cable coaxial.

Los sistemas basados en IP son el estándar moderno. En este sistema, las cámaras IP son dispositivos de red que capturan, procesan y comprimen el video digitalmente en la propia cámara. Luego, envían estos datos a través de una red de datos estándar (como la red de su oficina) a un grabador de video en red (NVR) o a un servidor con un software de gestión de video (VMS). Ofrecen una resolución mucho mayor, una escalabilidad casi infinita y la capacidad de integrar analíticas de video avanzadas, lo que los convierte en la única opción viable para una solución de seguridad profesional e integral.

Para grandes proyectos de CCTV con muchas cámaras de alta definición, la solución de almacenamiento más común y profesional es un servidor de grabación dedicado que utiliza un VMS (Software de Gestión de Video). A diferencia de un NVR (Grabador de Video en Red) que es un dispositivo con almacenamiento interno limitado, un servidor de VMS es un ordenador de alto rendimiento diseñado para la grabación continua de video. Este servidor se equipa con múltiples discos duros de grado de vigilancia, a menudo configurados en un arreglo RAID (Redundant Array of Independent Disks) para proteger los datos contra el fallo de un disco.

Para proyectos aún más grandes, como la vigilancia de una ciudad o un gran campus, se utilizan soluciones de almacenamiento en red más avanzadas, como una SAN (Storage Area Network) o un sistema de almacenamiento en la nube (VSaaS – Video Surveillance as a Service). Una SAN proporciona un bloque de almacenamiento centralizado y de alta velocidad al que pueden acceder múltiples servidores de grabación. El almacenamiento en la nube ofrece una escalabilidad infinita y elimina la necesidad de gestionar el hardware de almacenamiento físico, aunque requiere un gran ancho de banda. La elección depende del tamaño del proyecto y de los requisitos de retención de las grabaciones.

Aunque los términos a menudo se usan indistintamente, existe una diferencia técnica y conceptual. CCTV son las siglas de “Circuito Cerrado de Televisión”. Este término se originó para describir los sistemas analógicos donde la señal de video viaja a través de un circuito de cable coaxial cerrado y privado, desde las cámaras hasta un número limitado de monitores o grabadores. El término “circuito cerrado” enfatiza que la señal no se transmite públicamente. Por lo tanto, CCTV se asocia tradicionalmente con la tecnología analógica más antigua.

Sistema de videovigilancia es un término más moderno y amplio que engloba todas las tecnologías utilizadas para la vigilancia por video, incluyendo tanto los sistemas analógicos como los sistemas basados en IP. Hoy en día, cuando un profesional habla de un sistema de videovigilancia, casi siempre se refiere a un sistema de red IP, que no es un “circuito cerrado” en el sentido estricto, ya que utiliza la misma red que los ordenadores y puede ser accedido de forma remota. En resumen: todo CCTV es un sistema de videovigilancia, pero no todo sistema de videovigilancia moderno es un CCTV tradicional.

La elección entre un DVR y un NVR depende enteramente del tipo de cámaras que se utilicen. Un DVR (Digital Video Recorder) se utiliza en sistemas de videovigilancia analógicos. Las cámaras analógicas le envían una señal de video sin procesar a través de un cable coaxial. El DVR es el dispositivo que contiene el hardware para digitalizar, comprimir y almacenar ese video. Toda la inteligencia y el procesamiento ocurren en el DVR. Es una tecnología más antigua, generalmente limitada a una menor resolución de imagen y con menos flexibilidad.

Un NVR (Network Video Recorder), por otro lado, se utiliza en sistemas de videovigilancia IP. Las cámaras IP ya procesan y comprimen el video digitalmente. El NVR es esencialmente un ordenador que recibe estos datos de video ya procesados a través de la red y simplemente los almacena. En este sistema, la inteligencia está en las cámaras. Dado que los sistemas IP ofrecen una resolución mucho mayor, una mayor flexibilidad de instalación y la capacidad de analíticas avanzadas, un NVR es tecnológicamente superior y la elección estándar para cualquier instalación de seguridad nueva y profesional.

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